miércoles, abril 28, 2010

Pepedé: expresión del vicio político

El partido “por o para” la democracia, autodeclarado por su cúpula fundacional como “instrumental”, carente de principios en consecuencia, puesto que fue construido para enfrentar las primeras elecciones post pinochetistas y en donde la población traumatizada por la dictadura sólo tenía claro que quería recuperar la democracia, este, al lograr el propósito (el poder ejecutivo), no se disolvió ni se refundó, ni se establecieron principios ni ideología, ni intereses de clase o grupo por o para defender.
Debido tal vez al repentino acceso al poder de sus fundadores y parlamentarios, les pareció cómodo a ellos que el partido que guardaba sus espaldas, permaneciera jugando su rol, y determinaron su prórroga instrumental indefinida, que se ha prolongado por ya 2 décadas.


Dos largas décadas en que ha primado la confusión y vaguedad en las políticas impulsadas por los gobiernos concertacionistas en que ha sido gravitante su influjo, vislumbrándose al final de la jornada, el fortalecimiento de la clase dominante, y, actualmente con la captura del poder ejecutivo por la Derecha , su dominio sin contrapeso alguno en la sociedad en que vivimos.

El “stradivarius” de la política chilena, llamado obscenamente así por sus fundadores para justificar su anómala permanencia en el tiempo, tal cual permanece vigente el virtuoso instrumento musical al que puede sacar sonido cualquier violinista que tenga el privilegio de acceder a él, permanece irrestrictamente al servicio de sus dueños o socios.

¿Estoy afirmando acaso que el PPD es inmoral?

De ningún modo, un violín, un tanque, una máquina de escribir, o el vertedero de desperdicios de una ciudad no puede ser inmoral. Lo inmoral es la posición de sus militantes relevantes. Me refiero a los militantes activos que mantienen esa máquina que tan bien funcionó para sus pro-hombres cuando detentaban el poder; en manera alguna va la crítica a sus militantes, que todavía creen que algún día se conseguirá la democracia.

Lo que inequívocamente es inmoral es la doble militancia, concepto que se popularizó cuando el presidente Lagos acusó militancia en el PS y en el PPD simultáneamente. Se dice que existen otros privilegiados que mantienen el mismo status. No se ha sabido de una “doble militancia” en el PRSD y la DC. Entendemos que “doble”, es la clave del mundo de los dobleces, del actuar con disimulo, con falsedad.


De manera que quienes sienten pertenencia a ese instrumento, en cuanto está en movimiento, no hacen más que beneficiarse personalmente de sus efectos.

Cuando eso ya no es posible o dejó de ser funcional a sus personales intereses: supura. Tal como ocurrió con Schaulsonn & Flores. La pus se cambió transitoriamente de bando.

En cambio cuando algún militante declara que algunos parlamentarios ( los hermanos Zaldívar), militantes de un partido aliado, deben inhibirse de votar la ley de pesca, puesto que “son empleados de Angelini”, entonces se le expulsa sin asco. Tal fue la suerte del controvertido ex-senador Nelson Ávila.

Lo inmoral es sostener que se actúa de acuerdo a principios o a vocación de servicio público, cuando en la realidad, se actúa instrumentalmente para detentar el poder.

El poder por el poder, he aquí la clave.

No es el poder para la clase obrera, no es el poder para los pobres, los despojados, no es el poder para transformar la sociedad, es el poder por el poder, es decir, el poder para sí. Y eso es lo inmoral.

El decir una cosa por otra es inmoral.

De manera que considero más sólido moralmente aquel que sustenta que es necesario el control del poder para perpetuar el dominio de la clase dominante, que decir que se tiene principios sólidos para disimular el interés por el poder como un fin, el del el egoísmo en su más pura expresión.

Es más sólido moralmente el líder de la Derecha que se prepara para servir a su clase desde el sillón de O’Higgins, que cualquier líder del PPD, sobre todo si este es doble militante.


Los partidos de la Concertación deben recurrir a sus principios en estos tiempos de crisis y desolación. El que los tenga que los observe o los revise, el que no, que los declare públicamente o que se autodisuelva.


Atte. René Dintrans

lunes, abril 19, 2010

Carta del vidente

Carta del Vidente
Rimbaud a Paul Demeny

Charleville, 15 mayo 1871


He decidido darle a usted una hora de literatura nueva; empiezo a continuación con un salmo de actualidad:


Canto de guerra parisino

La primavera es evidente, porque
Desde el corazón de las Propiedades verdes,
El vuelo de Thiers y de Picard
Mantiene sus esplendores de par en par.
¡Oh Mayo! ¡Qué delirante culos al aire!
¡Sèvres, Meudon, Bagneux, Asnières,
Escuchad, pues, cómo los bienvenidos
Siembran las cosas primaverales!
Llevan chacó, sable y tam-tam,
No la vieja caja de velas
Y yolas que nunca, nunca…
¡Surcan el lago de aguas enrojecidas!
¡Ahora más que nunca nos juerguearemos
Cuando se vengan encima de nuestros cuchitriles
A derrumbarse los amarillos cabujones
En amaneceres muy especiales!
Thiers y Picard son unos Eros,
Conquistadores de heliotropos,
Con petróleo pintan Corots:
Ahí vienen sus tropas abejorreando…
¡Son familiares del Gran Truco!…
¡Y tumbado en los gladiolos, Favre
Hace de su parpadeo acueducto,
Y sus resoplidos a la pimienta!
La gran ciudad tiene las calles calientes,
A pesar de vuestras duchas de petróleo,
y decididamente tenemos que
Sacudiros en vuestro papel.
¡Y los Rurales que se arrellanan
En prolongados acuclillamientos,
Oirán ramitas crujiendo
Entre los rojos arrugamientos!

A. RIMBAUD


—Ahí va una prosa sobre el porvenir de la poesía.

Toda poesía antigua desemboca en la poesía Griega, Vida armoniosa. — Desde Grecia hasta el movimiento romántico, — edad media, — hay letrados, versificadores. De Ennio a Turoldus, de Turoldus a Casimir Delavigne, todo es prosa rimada, un juego, apoltronamiento y gloria de innumerables generaciones idiotas: Racine es el puro, el fuerte, el grande. — Si alguien le hubiese soplado en las rimas, revuelto los hemistiquios, al Divino Tonto no se le haría más caso hoy que a cualquiera que se descolgara escribiendo unos Orígenes. — Después de Racine, el juego se pone mohoso. Ha durado dos mil años.

Ni broma ni paradoja. La razón me inspira más convencimientos sobre el tema que rabietas se agarra el Jeune-France. Por lo demás, los nuevos son muy libres de abominar de los antepasados: estamos en casa y no nos falta el tiempo.

Jamás hemos bien juzgado al romanticismo. ¿Quién iba a juzgarlo? ¡Los críticos! ¿A los románticos, que tan bien demuestran que la canción es muy pocas veces la obra, es decir: el pensamiento cantado y comprendido por el cantor?

Porque Yo es otro. Si el cobre se despierta convertido en corneta, la culpa no es en modo alguno suya. Algo me resulta evidente: asisto a la eclosión de mi pensamiento: lo miro, lo escucho: aventuro un roce con el arco: la sinfonía se remueve en las profundidades, o aparece de un salto en escena.

Si los viejos imbéciles hubieran descubierto del yo algo más que su significado falso, ahora no tendríamos que andar barriendo tantos millones de esqueletos que, desde tiempo infinito, han venido acumulando los productos de sus tuertas inteligencias, ¡proclamándose los autores!

En Grecia, he dicho, versos y liras ponen ritmo a la acción. A partir de ahí, música y rima se tornan juegos, entretenimientos. El estudio de ese pasado encanta a los curiosos: muchos se complacen en renovar semejantes antigüedades — allá ellos. A la inteligencia universal siempre le han crecido las ideas naturalmente; los hombres recogían en parte aquellos frutos del cerebro; se obraba en consecuencia, se escribían libros: de tal modo iban las cosas, porque el hombre no se trabajaba, no se había despertado aún, o no había alcanzado todavía la plenitud de la gran ilusión. Funcionarios, escribanos: autor, creador, poeta, ¡nunca existió tal hombre!

El primer objeto de estudio del hombre que quiere ser poeta es su propio conocimiento, completo; se busca el alma, la inspecciona, la prueba, la aprende. Cuando ya se la sabe, tiene que cultivarla; lo cual parece fácil: en todo cerebro se produce un desarrollo natural; tantos egoístas se proclaman autores; ¡hay otros muchos que se atribuyen su progreso intelectual! — Pero de lo que se trata es de hacer monstruosa el alma: ¡a la manera de los comprachicos, vaya! Imagínese un hombre que se implanta verrugas en la cara y se las cultiva.

Digo que hay que ser vidente, hacerse vidente.

El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos. Todas las formas de amor, de sufrimiento, de locura; busca por sí mismo, agota en sí todos los venenos, para no quedarse sino con sus quintaesencias. Inefable tortura en la que necesita de toda la fe, de toda la fuerza sobrehumana, por la que se convierte entre todos en el enfermo grave, el gran criminal, el gran maldito, — ¡y el supremo Sabio! — ¡Porque alcanza lo desconocido! ¡Porque se ha cultivado el alma, ya rica, más que ningún otro! Alcanza lo desconocido y, aunque, enloquecido, acabara perdiendo la inteligencia de sus visiones, ¡no dejaría de haberlas visto! Que reviente saltando hacia cosas inauditas o innombrables: ya vendrán otros horribles trabajadores; empezarán a partir de los horizontes en que el otro se haya desplomado.

— Continuará dentro de seis minutos —

Intercalo aquí un segundo salmo fuera de texto: préstele usted benévolo oído, — y todo el mundo se quedará encantado. — Tengo el arco en la mano, empiezo:


Mis pequeñas enamoradas

Un hidrolato lagrimal lava
Los cielos de verde col:
Bajo el árbol retoñero que os babea
Los cauchos,
Blancas de lunas especiales
Con los pialatos redondos,
¡Entrechocad las rótulas,
Monicacos míos!
¡Nos amamos en aquella época,
Monicaco azul!
¡Comíamos huevos pasados por agua
Y pamplinas de agua!
Una tarde, me consagraste como poeta,
Monicaco rubio:
Baja aquí, que te dé unos azotes,
en mi regazo;
Vomité tu bandolina,
Monicaco moreno;
Tú me habrías cortado la mandolina
Con el filo de la frente.
¡Puah! Mis salivas resecas,
Monicaco pelirrojo,
¡Todavía te infectan las zanjas
Del pecho redondo!
¡Oh mis pequeñas enamoradas,
os odio tanto!
¡Sujetaos con trapos dolorosos
Las feas tetas!
¡Prestadme los viejos tarros
De sentimiento en conserva!
¡Hale, venga, sed mis bailarinas
Por un momento!…
¡Los omóplatos se os desencajan,
Oh amores míos!
¡Con una estrella en los riñones cojos,
¡Dadles la vuelta a vuestras vueltas!
¡Y pensar que por tales brazuelos de cordero
He escrito rimas!
¡Me gustaría romperos las caderas
Por haber amado!
Soso montón de estrellas fallidas,
Id a llenar los rincones!
— ¡Reventaréis en Dios, albardeadas
De innobles cuidados!
Bajo las lunas particulares
con los pialatos redondos,
¡Entrechocad las rótulas,
Monicacos míos!

A. RIMBAUD


Ahí lo tiene. Y tenga usted en cuenta que, si no me lo impidiese el temor de hacerle pagar más de 60 céntimos de porte, — ¡yo, pobre pasmado que hace siete meses que no veo una monedita de bronce! — ¡aún le mandaría mis Amantes de París, cien hexámetros, señor mío, y mi Muerte de París, doscientos hexámetros!

Vuelvo a tomar el hilo:

El poeta es, pues, robador de fuego.

Lleva el peso de la humanidad, incluso de los animales; tendrá que conseguir que sus invenciones se sientan, se palpen, se escuchen; si lo que trae de allá abajo tiene forma, él da forma; si es informe, lo que da es informe. Hallar una lengua;

— Por lo demás, como toda palabra es idea, ¡vendrá el momento del lenguaje universal! Hay que ser académico, — más muerto que un fósil, — para completar un diccionario, sea del idioma que sea. ¡Hay gente débil que si se pusiera a pensar en la primera letra del alfabeto, acabaría muy pronto por sumirse en la locura!

Este lenguaje será del alma para el alma, resumiéndolo todo, perfumes, sonidos, colores, pensamiento que se aferra al pensamiento y tira de él. Si el poeta definiera qué cantidad de lo desconocido se despierta, en su época, dentro del alma universal, ¡daría algo más — la fórmula de su pensamiento, — la notación de su marcha hacia el Progreso! Enormidad que se convierte en norma, absorbida por todos, ¡el poeta sería en verdad un multiplicador de progreso!

Este porvenir será materialista, ya lo ve usted; — Siempre llenos de Números y de Armonía, estos poemas habrán sido hechos para permanecer. — En el fondo, seguirá siento, en parte, Poesía griega.

El arte eterno tendría sus cometidos, del mismo modo en que los poetas son ciudadanos. La poesía dejará de poner ritmo a la acción; irá por delante de ella.

¡Existirán tales poetas! Cuando se rompa la infinita servidumbre de la mujer, cuando viva por ella y para ella, cuando el hombre, — hasta ahora abominable, — le haya dado la remisión, ¡también ella será poeta! ¡La mujer hará sus hallazgos en lo desconocido! ¿Serán sus mundos de ideas distintos de los nuestros? — Descubrirá cosas extrañas, insondables, repulsivas, deliciosas; nosotros las recogeremos, las comprenderemos.

Mientras tanto, pidamos a los poetas lo nuevo, — ideas y formas. Todos los listos estarán dispuestos a creer que ellos ha han dado satisfacción a tal demanda. — ¡No es eso!

Los primeros románticos fueron videntes sin percatarse bien de ello: el cultivo de sus almas se inició en los accidentes: locomotoras abandonadas, pero ardorosas, que durante algún tiempo se acoplan a los carriles. — Lamartine es a veces vidente, pero lo estrangula la forma vieja. — Hugo, demasiado cabezota, sí que tiene mucha visión en los últimos volúmenes: Los Miserables son un verdadero poema. Tengo Los castigos a mano; Stella da más o menos la medida de la visión de Hugo. Demasiados Belmontet y Lammenais, Jehovás y columnas, viejas enormidades muertas.

Musset nos es catorce veces detestable, a nosotros, generaciones dolorosas y presa de visiones, — que nos sentimos insultados por su pereza de ángel. ¡Oh cuentos y proverbios insípidos! ¡Oh noches! ¡Oh Rolla, oh Namouna, oh la Coupe! Todo es francés, es decir: detestable en grado sumo: ¡francés, no parisino! ¡Una obra más del odioso genio que inspiró a Rabelais, a Voltaire, a Jean La Fontaine, comentado por el señor Taine! ¡Primaveral, el espíritu de Musset! ¡Encantador, su amor! ¡Esto sí que es pintura al esmalte, poesía sólida! La poesía francesa se seguirá paladeando durante mucho tiempo, pero en Francia. No hay dependiente de ultramarinos que no sea capaz de descolgarse con un apóstrofe estilo Rolla; no hay seminarista que no lleve sus quinientas rimas en el secreto de su libreta. A los quince años, tales impulsos de pasión ponen a los jóvenes en celo; a los dieciséis empiezan a conformarse con recitarlos con sentimiento; a los dieciocho, incluso a los diecisiete, todo colegial que esté en condiciones hace el Rolla, ¡escribe un Rolla! Incluso puede que quede alguno todavía que pierda la vida en ello. Musset no supo hacer nada: había visiones tras la gasa de las cortinas: él cerró los ojos. Francés, flojo, arrastrado del cafetín al pupitre del colegio, el hermoso cadáver está muerto, y, de ahora en adelante, no nos tomemos siquiera la molestia de despertarlo para nuestras abominaciones.

Los segundos románticos son muy videntes. Th. Gauthier, Leconte de Lisle, Th. de Banville. Pero cómo inspeccionar lo invisible y oír lo inaudito que recuperar el espíritu de las cosas muertas, Baudelaire es el primer vidente, rey de los poetas, un auténtico Dios. Vivió, sin embargo, en un medio demasiado artista; y la forma, que tanto le alaban, es mezquina: las invenciones de lo desconocido requieren de formas nuevas.

Experimentada en las formas viejas, entre los inocentes, A Renaud, — ha hecho su Rolla; — L. Grandet, — ha hecho su Rolla; — los galos y los Musset, G. Lafenestre, Coran, Cl. Popelin, Soulary, L. Salles; Los escolares, Marc, Aicard, Theuriet; los muertos y los imbéciles, Autran, Barbier, L. Pichat, Lemoyne, los Deschamps, los Dessessarts; los periodistas, L. Claudel, Robert Luzarches, X. de Richard; los fantasis94 tas, C. Méndez; los bohemios; las mujeres; los talentos, Léon Dierx y Sully-Prudhomme, Coppée; — la nueva escuela, llamada parnasiana, tiene dos videntes: Albert Mérat y Paul Verlaine, un verdadero poeta. — Ahí lo tiene. De modo que estoy trabajando en hacerme vidente. — Y terminemos con un canto piadoso.


Acuclillamientos

Bastante tarde, sintiéndose con asco en el estómago,
El hermano Milotus, sin quitar ojo del tragaluz
Desde el cual el sol, claro como un caldero rebruñido,
Le clava una jaqueca y le marea la vista,
Desplaza entre las sábanas su barriga de cura.
Se agita bajo su manta gris
Y baja con las rodillas en la barriga trémula,
Pasmado como un viejo comiéndose su toma
Porque tiene, agarrado del asa un orinal blanco,
Que arremangarse la camisa por encima de los riñones.
Ahora ya está en cuclillas, friolento, con los dedos del pie
Replegados, tiritando al claro sol que contrachapea
Amarillos de bollo en los vidrios de papel;
Y la nariz del hombre, alumbrado de laca,
Husmea en los rayos de sol, como un polipero carnal.
...
El hombre se cuece a fuego lento, con los brazos retorcidos, con el belfo
Metido en la barriga; siente que se le escurren los muslos en el fuego,
Y que las calzas se le chamuscan, y que la va a diñar;
¡Algo parecido a un pájaro se menea un poquito
En su barriga serena como un montón de mondongo!
En torno a él duerme un batiborrillo de muebles embrutecidos
En andrajos de mugre y sobre panzas sucias;
Hay escabeles, poltronas extrañas, acurrucados
En los rincones negros; aparadores con jeta de chantre
Entreabiertos a un sueño lleno de horribles apetitos.
El asqueroso calor embute la habitación estrecha;
El cerebro del hombre está atiborrado de trapos.
Escucha un crecimiento de pelos en su piel húmeda,
Se descarga, sacudiendo su cojo escabel.
...
Y por la noche, bajo los rayos de la luna, que le trazan
Alrededor del culo rebabas de luz,
Una sombra con detalles sigue en cuclillas, contra un fondo
De nieve rosa como una malvarrosa.
Una nariz estrafalaria persigue a Venus por el cielo profundo.
Sería usted execrable si no me contestase: rápidamente. Porque
dentro de ocho días puede que esté en París.
Hasta la vista.

Rimbaud, Arthur. Correspondance, Charleville 1871.

domingo, abril 18, 2010

El hachís, de "El vino y el hachís" , Baudelaire

El hachís

IV

Cuando se recolecta el cáñamo, se producen ciertos fenómenos extraños en la persona de los trabajadores, hombres y mujeres. Se diría que emana de las mieses no sé qué espíritu vertiginoso, que circula alrededor de las piernas y asciende maliciosamente hasta el cerebro. La cabeza del segador se llena de torbellinos y a veces también de sueño. Los miembros se debilitan y se niegan a responder. Por otra parte, cuando era niño y jugaba y me revolcaba en los montones de alfalfa, también me sucedieron fenómenos similares.

Se ha querido obtener hachís del cáñamo francés, pero hasta ahora todos los intentos han fracasado, por lo que quienes desean procurarse esos maravillosos goces a cualquier precio, tienen que seguir utilizando el hachís que llega desde el mediterráneo, es decir, el que se ha obtenido con cáñamo indio o egipcio. El hachís se obtiene cociendo cáñamo indio con manteca y un poco de opio.

Es como una confitura verde, singularmente olorosa, tan olorosa que incluso provoca cierto asco, como lo haría, por lo demás, cualquier olor fino que fuese llevado a su máxima potencia y, por así decirlo, a su máxima densidad. Tomad una cucharadita de ella, una porción del tamaño aproximado de una nuez, y poseeréis la felicidad, la felicidad absoluta con todas sus embriagueces, con todas las locuras de la juventud y también con sus infinitas beatitudes. Ahí está la dicha, bajo la forma de un poco de confitura; tomadla sin miedo, pues ni mata ni causa daño alguno a los órganos físicos. Tal vez disminuya vuestra fuerza de voluntad, pero eso es otra cuestión.

Para dar al hachís toda su fuerza y plenitud, por lo general, hay que disolverlo en una taza de café solo y muy caliente y tomarlo en ayunas; la comida fuerte se deja entonces para las diez de la noche, pues sólo se permite una sopa muy ligera. Si se infringe esta regla tan sencilla, o bien se producen vómitos, al entrar en colisión la comida y el hachís, o bien este no llegara a ejercer su efecto. Muchos ignorantes e imbéciles que hacen esto, acusan luego al hachís de ineficaz.

Una vez ingerido ese poco de droga, operación que requiere, por otra parte, una cierta decisión, pues, como he dicho, la mezcla es tan olorosa que provoca en algunas personas ganas de vomitar, os encontraréis inmediatamente sumidos en un estado de ansiedad. Habéis oído hablar vagamente de los efectos maravillosos del hachís, vuestra imaginación se había formado una idea particular de ellos, una embriaguez ideal, y estáis impacientes por saber si el resultado, si la realidad responde a vuestra idea preconcebida. El tiempo que va desde al absorción del brebaje hasta la aparición de los primeros síntomas varía según el temperamento y el hábito. Las personas que conocen el hachís y que tienen práctica en su consumo experimentan a veces los primeros síntomas de la invasión después de media hora.

Olvidaba decir que como el hachís exaspera la personalidad humana y genera a la vez una sensibilidad muy intensa ante las circunstancia y el medio ambiente, conviene no exponerse a su acción más que en condiciones y en un entorno favorable.Lo mismo que se intensifica toda alegría y todo bienestar, cualquier dolor o angustia se vuelven intensamente profundos. No llevéis a cabo esta experiencia si tenéis que realizar una gestión molesta, si tendéis a la depresión o debéis pagar una letra de cambio. Ya he dicho que el hachís es impropio para la acción. No consuela como el vino; no hace más que potenciar desmesuradamente la personalidad humana en la situación concreta en que se encuentra. En la medida de lo posible, hay que disponer, pues, de una bella estancia o de un hermoso paisaje, de un estado de ánimo libre de preocupaciones y de algunos cómplices con facultades intelectuales similares a las vuestras. Conviene contar también, con un poco de música.

(continuará)

martes, abril 13, 2010

La Concertación nuevamente entre 4 paredes

Cónclave. No podía ser más ilustrativo el nombre que eligieron para designar a la reunión cumbre de las cúpulas de partidos derrotados por la Derecha y repasadas por el terremoto.



Cónclave, reunión para decidir entre 4 paredes. Lo han hecho siempre así. De esta manera, bajo la manta del encierro, toda la vida han cambiado los propósitos originales del pueblo que los eligió, para contradictoriamente, cogobernar con la Derecha.



Piñera tiene razón, en 20 días de gobierno ha hecho más que los 20 años de la Concertación , por lo menos en cuanto a subir los ridículos impuestos que cancelan los empresarios.



Cónclave, lugar de encierro de los cardenales convocados para designar al nuevo Papa.



¿A quién van a elegir, a un Papa o a una Papisa?



Tal parecía la primera intención, la de designar a los líderes de esta nueva era opositora. Se trataba de confeccionar una especie de tótems que mantuvieran unidos a los concertacionistas.



Pero resulta que nadie quiere estar al margen de la codiciada reconstrucción, aquella acción que está desarrollando legítimamente el hiperquinético presidente Piñera que es el dueño de la pelota por 4 años o más.



De manera que el objetivo primario se desplazó hacia la forma de no estar ajeno a “la obra”, de no quedar fuera del campeonato. La Concertación quiere de todas formas participar, bajo cualquier condición.



Nada más propicio para el gobierno que aceptarlos bajo la condición de “unidad nacional”, que mas parece una rendición, y nada más propicio para los neoliberales de la Concertación , la de seguir dando explicaciones “razonables” por la traición permanente a los derechos de los trabajadores y por el beneplácito a la destrucción “necesaria” del medio ambiente que paradójicamente afecta a todos los chilenos que vivimos en él.



La Concertación fue en esencia, el reflejo de su eje DC-PS, un gobierno que estaba dirigido férreamente por sus cúpulas que manejaban el poder. Si hasta se insinuó en el pasado reciente una Concertación reunificada en un partido que se llamaría Concertación. Pero las cosas cambiaron, no hay forma posible de evitar la división, que ya se manifestó por lo demás en la elección presidencial reciente.



¿Y tiene algo de malo que la Concertación se divida en 2 fuerzas equivalentes?



No veo en ello nada de malo, siempre y cuando se unan al momento de enfrentar una elección.



Si la Derecha dividida en 2 partidos o tendencias, pero siempre unida para las elecciones, y siendo minoría además, logró cogobernar en la práctica, y nunca jamás permitió modificar el binominal; no veo por qué no, la anti-Derecha, no logre, unida para las elecciones, reunir en una sola lista, candidatos de todas las tendencias, incluidas la llamada extra parlamentaria o ex-extra parlamentaria, para justamente, lograr el término del binominal, cuestión que debería y debió ser desde el principio el objetivo fundacional para alcanzar la verdadera democracia que nunca llegó.



Resulta de mal gusto criticar al presidente que recién comienza, y con mayor razón si éste, tiene como primer objetivo, el de reconstruir todo lo que destruyó el terremoto y arrasó ese mar que tranquilo nos bañaba.



Cuestión distinta es converger para permitir un incontrarrestable poder que tiene objetivos contarios a los trabajadores ( flexibilidad laboral), contrario al interés colectivo y nacional ( privatizaciones, en particular la de Codelco) y contrario al medio ambiente en vivimos (centrales hidroeléctricas y explotaciones mineras a gran escala).



Al poder solo es razonable oponer un contrapoder, y dado que el único contrapoder que existía contra los poderosos eran los trabajadores, que han sido acorralados y jibarizados por las leyes pinochetistas y los gobiernos concertacionistas, sólo nos resta oponerles el anti-poder, que se traduce en acción generalizada de la población.



Debemos inventar una forma de anti-poder que vuelva la sociedad a sus quicios, debemos terminar con el binominal, sin perjuicio de unirnos en torno a la noble tarea de ir en favor de nuestros compatriotas afectados por la explosión de la naturaleza.



Atte. René Dintrans

erredintrans@yahoo.es

jueves, abril 08, 2010

El miedo a la revolución. J.P. Sartre

No estoy completamente de acuerdo con Marcuse. Ante todo hay que definir qué se entiende por “movimiento revolucionario”. Es evidente que esto designa, en primer lugar, un movimiento en que las personas tienen en común, si no una ideología, por lo menos una voluntad de ruptura con el sistema en que viven, una toma de conciencia de la necesidad de inventar nuevas formas de lucha y de contra-violencia. Pero también supone que el movimiento tiene la posibilidad, al menos teórica, de hacer la revolución.

En Francia hay 700.000 estudiantes. No veo en absoluto cómo podrían arrancarle el poder a la burguesía, o a los “padres”, o a quien fuera quien lo detentare, si no se les unen los trabajadores. Los estudiantes pueden ser un detonador; acaban de mostrarlo. Pero eso es todo. Por lo demás, tienen perfecta conciencia de ello.

Para tener una posibilidad de hacer la revolución hay que ser capaz de oponer un contrapoder.

Y frente al aparato represivo de las clases poseyentes, del gobierno, del ejército, el único contrapoder que puede ejercerse es el de los productores, vale decir, el de los trabajadores. El arma del trabajador – la única, pero es el arma absoluta- es la negativa a entregar su producto a la sociedad. Entonces, todo el sistema se detiene. Pero esta ruptura sólo puede efectuarse si el productor entra en la lucha. Decir que la clase obrera, que es la única productora, queda suprimida como fuerza revolucionaria en las sociedades “de consumo” equivale a decir que ya nunca habrá revolución en estas sociedades. Sé que tal es la conclusión de Marcuse. Pero creo, justamente, que se ve desmedida por lo que acaba de ocurrir en Francia.

Porque en fin de cuentas los estudiantes no han estado solos. Diez millones de huelguistas los siguieron. No el primer día, pero por supuesto, ni hasta el final. Pero lo bastante rápido y lo bastante lejos como para que los obreros mismos hayan quedado asombrados.

Se han encontrado comprometidos, sin haberlo concertado, en un movimiento que iba radicalizándose cada vez más; espontáneamente, y que desembocaba en una nueva reivindicación: la de la dignidad, soberanía y poder. Se han arrojado a la acción con un novísimo sentimiento de libertad, de invención, pero sin comprender siempre lo que sucedía. Prueba de ello es que cuando se les dio la palabra, cuando se les pidió votar, entregaron su voto – en todo caso, muchos lo hicieron – a de Gaulle. Volvemos a encontrarnos el desajuste de que hablaba en una sociedad política completamente calma – la que acabamos volver a hallar – y una realidad social de violencia, que se puso de manifiesto durante el mes de mayo. En la acción todo era claro. Pero cuando se les pidió a los trabajadores que le pusieran un nombre a lo que reclamaban,, respondieron: “De Gaulle”. Es clásico. Lo importante es que la acción haya tenido lugar, cuando todo el mundo la juzgaba inimaginable. Si esta vez ha tenido lugar, puede reproducirse, y esto es lo que invalida el pesimismo revolucionario de Marcuse.


Jean Paul Sartre / El miedo a la revolución / Editorial Proteo 1970. Buenos Aires/ pags.20 a 23.

sábado, abril 03, 2010

Poema 30 vs poema 16

Rabindranath Tagore vs Pablo Neruda


Tagore: Tú eres la nube crepuscular del cielo de mis fantasías.
Tu color y tu forma son los del anhelo de mi amor.
Eres mía, eres mía, y vives en mis sueños infinitos.

Neruda: En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces,
y viven en tu vida mis infinitos sueños.



Tagore: Tienes los pies sonrojados del resplandor ansioso de mi corazón,
¡segadora de mis cantos vespertinos!
Tus labios agridulces saben a mi vino de dolor.

Neruda: La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios
¡Oh, segadora de mi canción de atardecer,
cómo te sienten mía mis sueños solitarios!


Tagore: Eres mía, eres mía, y vives en mis sueños solitarios.
Mi pasión sombría ha oscurecido tus ojos,
¡cazadora del fondo de mi mirada!

Neruda: Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.


Tagore: En la red de mi música te tengo presa amor mío.
Eres mía, eres mía,
y vives en mis sueños inmortales.

Neruda: En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.


Tagore (de El Jardinero, traducción de Zenobia Camprubí de Jiménez, 1917.)

Neruda: (De 20 poemas de amor y una canción desesperada. Nascimento.Santiago, VI-1924)

viernes, abril 02, 2010

Libertad

Liberté - Libertad

Sur mes cahiers d'écolier - En mis cuadernos de escolar
Sur mon pupitre et les arbres - en mi pupitre y en los árboles
Sur le sable de neige - en la arena de nieve
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur toutes les pages lues - En las páginas leídas
Sur toutes les pages blanches - en las páginas en blanco
Pierre sang papier ou cendre - piedra sangre papel o ceniza
J'écris ton nom - yo escribo tu nombre


Sur les images dorées - En las imágenes doradas
Sur les armes des guerriers - en las armas de los guerreros
Sur la couronne des rois - en la corona de los reyes
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur la jungle et le désert - En la selva y el desierto
Sur les nids sur les genêts - en los nidos en los retamos
Sur l'écho de mon enfance - en el eco de mi infancia
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur les merveilles des nuits - En las maravillas de las noches
Sur le pain blanc des journées - en el pan blanco de los días
Sur les saisons fiancées - en las estaciones comprometidas
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur tous mes chiffons d'azur - En mis andrajos azules
Sur l'étang soleil moisi - en el estanque enmohecido al sol
Sur le lac lune vivante - en el lago de luna viviente
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur les champs sur l'horizon - En los campos en el horizonte
Sur les ailes des oiseaux - en las alas de los pájaros
Et sur le moulin des ombres - en el molino de las sombras
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur chaque bouffées d'aurore - En cada soplo de aurora
Sur la mer sur les bateaux - en el mar en los barcos
Sur la montagne démente - en la montaña desquiciada
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur la mousse des nuages - En la espuma de las nubes
Sur les sueurs de l'orage - en el sudor de la borrasca
Sur la pluie épaisse et fade - en la lluvia espesa y desabrida
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur les formes scintillantes - En las formas centellantes
Sur les cloches des couleurs - en las campanas de colores
Sur la vérité physique - en la verdad física
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur les sentiers éveillés - En los senderos despiertos
Sur les routes déployées - en los caminos desplegados
Sur les places qui débordent - en las plazas que desbordan
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur la lampe qui s'allume - En la lámpara que se enciende
Sur la lampe qui s'éteint - en la lámpara que se extingue
Sur mes raisons réunies - en la reunión de mis razones
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur le fruit coupé en deux - En la fruta cortada en dos
Du miroir et de ma chambre - del espejo y de mi cuarto
Sur mon lit coquille vide - en el cascarón vacío de mi cama
J'écris ton nom - yo escribo tu nombre

Sur mon chien gourmand - En mi perro goloso y tierno
et tendre
Sur ses oreilles dressées - en sus orejas erizadas
Sur sa patte maladroite - en su patita lerda
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur le tremplin de ma porte - En los goznes de mi puerta
Sur les objets familiers - en los objetos familiares
Sur le flot du feu béni - en la lámina de fuego bendita
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur toute chair accordée - En la carne concedida
Sur le front de mes amis - en la frente de mis amigos
Sur chaque main qui se tend - en cada mano que se tiende
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur la vitre des surprises - En la vitrina de las sorpresas
Sur les lèvres attendries - en los labios ablandados
Bien au-dessus du silence - más abajo del silencio
J'écris ton nom - yo escribo tu nombre


Sur mes refuges détruits - En mis refugios destruidos
Sur mes phares écroulés - en mis faros derrumbados
Sur les murs de mon ennui - en los muros de mi tedio
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur l'absence sans désir - En la ausencia sin deseo
Sur la solitude nue - en la soledad desnuda
Sur les marches de la mort - en los peldaños de la muerte
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Sur la santé revenue - En la salud reencontrada
Sur le risque disparu - en el riesgo desaparecido
Sur l'espoir sans souvenir - en la esperanza sin recuerdo
J'écris ton nom - escribo tu nombre

Et par le pouvoir d'un mot - Y por el poder de una palabra
Je recommence ma vie - yo recomienzo mi vida
Je suis né pour te connaître - para conocerte he nacido
Pour te nommer - para nombrarte

Liberté - Libertad

Paul Eluard
in Poésies et vérités, 1942