Playa vacía
a tus espaldas
quietas arenas blancas
es el eterno paisaje
que guarda las pisadas
de hombres que sin prisa partieron
fueron yéndose
entre los gritos de las aves
que volverán el próximo verano
Hacia la orilla
el mar bravo embiste las sombras
estallando su furia
su espuma
contra la dura piel de las rocas
con el tiempo
esas piedras
que quiebran
la línea del horizonte
caerán fulminadas
hechas polvo
retrocediendo
partícula
a
partícula
como un lejano llanto
de lágrimas secas
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