miércoles, julio 29, 2009

El fugitivo

Acusado de un delito que “no habría cometido”, Sebastián Piñera deambuló durante 24 días por un espacio desconocido por el público y facilitado por la más poderosa organización de inteligencia del más poderoso de los países del globo terráqueo en razón de los favores concedidos por él y su familia al Imperio, tiempo suficiente para eludir a la policía que contaba con una orden de aprehensión emanada del 2º Juzgado del crimen de Santiago por infracción a los artículos 26 y 26 bis de la Ley General de Bancos, y defraudación al Banco de Talca, durante el cual sus protectores planificaron su estrategia de exculpación.

Se trataba de una riesgosa figura legal que consistía en recurrir de amparo, lo que dejaba su suerte en última instancia en manos de un tribunal superior susceptible a presiones indebidas por la dictadura militar de entonces como es de público conocimiento, y que debía anular lo emprendido por el juez y posiblemente también el rechazo del recurso de amparo como efectivamente ocurrió de parte de la Corte de apelaciones.

El más alto tribunal que existía como era de esperar, juzgó que el proceso desarrollado por el juez y la 7ª sala del tribunal estaba mal hecho. De esa inédita manera salvó de polvo y paja, al verse interrumpido el camino que llevaba al fondo del asunto.


De modo que la corte suprema no dijo que Piñera era inocente de los cargos que se le hacían como él aseguró en sensibleras declaraciones a la prensa flanqueado por 2 de sus resignados hijos para dar la sensación de más credibilidad en el día de ayer.

La Corte Suprema se pronunció entonces por la forma, no por el fondo.

Hoy por hoy Piñera y su improvisada vocera Mathei hablan de “montaje” olvidándose de sus pecados juveniles que consistían precisamente en hacerse montajes mutuamente y que tuvimos el estupor de escuchar desde una radio a pilas a través del “programa- montaje” de Richards en el Megavisión y que su propio dueño – Ricardo Claro- aportó en vivo y en directo en aquella inolvidable ocasión.

Si la revelación actual es un montaje, ¿por qué no demandan al diario “El Siglo” por injurias y calumnias? Este diario tiene a disposición de quién lo solicite, una copia de los documentos desclasificados de la CIA en que se fundamentan sus afirmaciones, y su director ya ha sido oportunamente amenazado de muerte.

¿Por qué no desmienten al diario electrónico “El Mostrador (1) que nos facilita la causa tramitada por la Justicia en 1982?

¿Son acaso montaje las declaraciones ante el juez del propio Piñera que aparecen en el pie de notas del trabajo del periodista Jorge Molina Sanhueza?

¿ Es montaje el careo entre Piñera versus: Figueroa, Roa, Barbé y Danioni ?

¿ Son montaje las declaraciones judiciales de Danioni, Calaf, Figueroa, Volver y Moraga?

La verdad no tiene contemplaciones, su efecto es irremediable. El modus operandi de Piñera es conocido de sobra por los capitalistas que fueron víctimas de este, y que han perdido gran parte de su fortuna en acciones de sociedades anónimas en transacciones producto de su fría imaginación.

De manera que es obvio que de divulgarse los antecedentes puestos en conocimiento de la sociedad chilena por contados medios de comunicación, la adhesión de su sector se verá severamente disminuida.

No es mi intención dar consejos a la Derecha , pero no puedo dejar de expresar el impulso que me provoca la denominación de “ la Alianza por el cambio”, creo que deben hacer honor a su nombre, y “cambiar” a tiempo a su impresentable candidato.

Atte. René Dintrans

erredintrans@yahoo.es

(1)
http://www.elmostrador.cl/index.php?/noticias/articulo/exclusivo-todas-las-verdades-del-expediente-de-la-quiebra-del-banco-de-talc/

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