domingo, septiembre 06, 2009

Senador Navarro: vuelva al puesto que le asignó el pueblo

En las próximas elecciones de diciembre se renueva la mitad del senado y la totalidad de diputados. Dadas las cosas como están y binominal mediante, la Derecha obtendrá con facilidad la mitad de los diputados, es decir 60 de 120. Afortunadamente en el senado de 40 senadores que no se renuevan, es decir, de los cuales aún les queda la mitad de su período, 4 años más de ejercicio por delante, la Derecha tiene 19, la Concertación 20, y existe 1 más, que se llama Alejandro Navarro. De los 38 senadores que se eligen en diciembre, siguiendo la misma lógica, 19 senadores serán para la Derecha , y 19 para el resto.

Dicho lo anterior, se concluye que en la cámara de diputados habrá empate entre la Derecha y el resto ( 60 y 60), y en el Senado, la Derecha tendrá 38 senadores y el resto contará con 40, de los cuales uno se llama Alejandro Navarro como ya apunté.

De manera que el senador Navarro tendrá el privilegio de ser uno de los senadores que romperá el empate en las futuras controversias legislativas. Para la Izquierda verdadera, es un sueño conseguir mediante el sistema electoral vigente otro senador que los represente. Nadie discute que Navarro es un senador del pueblo.

Sin embargo en la aventura de candidato presidencial algo le ha salido mal a Navarro, puesto que no ha conseguido la unidad de la Izquierda en torno a él, o en torno a otro. No ha podido superar el 1% en las encuestas, y no ha podido propiciar una lista parlamentaria de unidad alternativa.

Últimamente su base política de sustentación se ha fragmentado, dispersándose esos nano-fragmentos hacia otras candidaturas. En síntesis, ha fracasado en liderar o propiciar la unidad de la Izquierda.

Pensamos que ya ha transcurrido el tiempo suficiente como para darse por enterado que su intento ha sido en vano, y también para tomar conciencia de la tremenda responsabilidad que tiene sobre sus hombros al ser tal vez el único senador que representará a la Izquierda en los próximos 4 años en la función legislativa.

Ignoro absolutamente cuales han sido los puntos de desencuentro que impidieron la unidad, pero recojo la decepción generalizada de los electores de la Izquierda que no comprende cómo los líderes de la Izquierda lo han hecho tan mal, cómo se han arrinconado tan miserablemente y dividido a tal punto, que no tienen ya más nada que hacer en la próxima elección presidencial.

Sólo estamos limitados a hacer una campaña clara de unidad, de planteamientos programáticos, de ideas que sean puestas en discusión en el momento que ocurren los hechos que las justifican, tales como la defensa de lo que se dice representar o defender, en medio de los conflictos en que se ven envueltos los trabajadores, los empleados públicos, los pescadores artesanales, las minorías de todo tipo, los mapuche, y los conflictos latentes con las transnacionales que ponen de relieve la necesidad de re-nacionalizar los recursos naturales como el agua y la energía, y la defensa decidida del medio ambiente.

De manera que sólo nos va quedando Jorge Arrate, aquel que hace un tremendo esfuerzo por llevar ideas adelante, el que tampoco ha logrado concitar apoyo electoral, pero que está siendo reconocido por su gran talento político, y al que nadie culpa de la situación desmejorada en que se encuentra su opción presidencial.

Si el PC y el PH, han renunciado a encabezar una opción presidencial, nadie le puede exigir a Arrate ni a nadie que haga milagros.

La importancia de tener una candidatura de Izquierda ya no reside en lograr un porcentaje relativamente relevante como en otras ocasiones, si no que en optimizar este tiempo de elecciones para hacer proposiciones luminosas como ha sido la de la cuarta urna que ha propuesto Jorge Arrate. Si logra que esta idea sea acogida por otras candidaturas o por fuerzas sociales, su rol se habrá cumplido, nada interesa los votos que obtenga, si no los efectos que su actuación política logre registrar en este trance que permite apuradamente el tiempo que nos resta, y que tiene vencimiento para el mismo día que se realice la elección presidencial.

Las opciones presidenciales son claramente tres, y estas se definirán en segunda vuelta. Ni Piñera, ni Frei, ni Marco Enríquez, pueden cantar victoria ni darse por derrotados.

Estas elecciones serán estrechísimas, y una vez más, y no por culpa nuestra, los electores de Izquierda estaremos obligados a votar por el mal menor, lo único novedoso de esta vez, es que la oferta es algo más amplia.

Atte. René Dintrans
erredintrans@yahoo.es

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