suave terciopelo
a las puertas
del país de los sueños
al paso voy
subiendo o bajando
por el sinfín
cruje
el corcho que corre
como un poema
que necesita ser visto
al aire los secretos
atesorados
para deleite del olfato
los anillos giran
saliendo en columnas
por el cristal
del sorprendido cáliz
y
danzan como delfines
en el breve océano
que existe en mi copa
salud
por la mano que calibra
lo que la cepa filtra
por el trago que riega la garganta
antes que se extingan las voces
por permitirme volar hasta el confín
del luminoso claro de luna
sin más orientación
que los 4 sentidos
palpitando a toda máquina
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