miércoles, marzo 30, 2011

Umberto Eco nos alumbra, el hermetismo (esoterismo) la lleva en el siglo 21



    “Quisiera que captasen el significado profundo de esto, que, de no ser así, sólo sería un trivial juego hidráulico. De Caus sabía muy bien que si se coge un recipiente, se llena de agua y se cierra por arriba, aunque luego se practique un orificio en el fondo, el agua ya no sale. Pero si también se hace un orificio arriba, el agua defluye o brota por abajo.

-¿No es obvio?- pregunté-. En el segundo caso, entra el aire por arriba y empuja el agua hacia abajo.

-Típica explicación cientificista, donde se confunde la causa con el efecto, o viceversa. No hay que preguntarse por qué sale el agua en el segundo caso, sino por qué se niega a salir en el primero-

 -¿y porqué se niega? Preguntó ansioso Garamond.

  - Porque si saliese quedaría un vacío en el recipiente, y la naturaleza le tiene horror al vacío. Nequaquam vacui era un principio rosacruciuano, que la ciencia moderna ha olvidado.

  -Impresionante- exclamó Garamond-. Causaubon, en nuestra maravillosa  historia de los metales tienen que figurar estas cosas, no lo olvide. Y no me diga que el agua no es un metal. Imaginación, eso es lo que hay que tener.

-Perdone- dijo Belbo dirigiéndose a Agliè-, pero el suyo es un argumento post hoc ergo ante hoc. Lo que está después es causa de lo que estaba antes.

   -No hay que razonar siguiendo secuencias lineales. El agua de estas fuentes no lo hace. La naturaleza no lo hace, la naturaleza ignora el tiempo. El tiempo es una invención de Occidente.”

( de "El péndulo de Foucault" de Umberto Eco, cap.57)



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