(Publicado por elclarin.cl MARTES, 19 DE JULIO DE 2011 20:35)
La democracia en Chile es chacota
En lo que va de ejercicio
del actual gobierno, es decir, terminando “el primer tiempo”, un número
relevante de senadores de la
República se han convertido en ministros por decisión del
presidente en virtud de las facultades que ostenta. Los puestos vacantes de
senadores que se han producido por causa de ese hecho, son designados a dedo
por las cúpulas de sus respectivos partidos; al parecer esta situación es de lo
más natural, el que cargos de representación popular, según reza la letra de la Constitución , no
sean generados mediante elecciones.
Los senadores que cesan en
sus funciones mediante este artilugio, la verdad sea dicha, tampoco fueron
realmente elegidos, fueron designados por sus partidos antes de ser elegidos,
así opera nuestro sistema electoral –binominal-como ya todos deberíamos saber y
no olvidar.
Las elecciones de senadores
y diputados por lo demás, son también una chacota, sólo que no se nota
demasiado, pasa piola, son pocos los que han advertido que sólo hay 2
candidatos por lista: uno es el que va seguro, que fue el caso de Allamand,
Matthei, Chadwick y Longueira, y el otro, la comparsa, el candidato de utilería
que los acompañó respectivamente. Para ser justos, todos los diputados y
senadores que existen, realmente han sido elegidos por las cúpulas de los
partidos, y siempre con el mismo método: el que va seguro, que es elegido, y la
comparsa, el que se pierde. Los pobres ciudadanos que concurrimos como
corderitos a sufragar, creemos realmente estar sufragando, lo que es un error, sólo
vamos a votar para darle validez a la decisión que otros tomaron por nosotros:
nosotros no elegimos a nadie.
Estos cambios de calidad de
senadores que devienen en ministros es demasiado notorio, la democracia de
mentirilla comienza a mostrar la hilacha, nada puede disimular la verdad de las
cosas, el sistema electoral es una estafa, la democracia en Chile es una farsa,
el sistema binominal es realmente impresentable, no existe el plebiscito en los
hechos, un inalcanzable quórum lo impide, el pueblo no puede zanjar con su voto
una contienda de importancia.
Esta gravísima situación ha llevado a
cristalizar en la sociedad chilena: la inequidad – una de las más grandes del
planeta-, el desprecio de los poderosos por los pobres –caso La polar- , la
impotencia de los estudiantes – educación más cara del mundo y de mala
calidad-, y finalmente entre otras, la burla. El hecho de impedir que el pueblo
elija realmente a sus representantes, ha dejado en manos de una casta, que sin
ningún pudor se autodenomina “clase política”, la facultad de entenderse entre
sí, de negociar los proyectos de gobierno, de compartir las cuotas del poder
que les brinda el control del Estado.
El pueblo, la gente común y
corriente, comienza a percibir este estado de descomposición como una burla. Como una puesta en escena
grotesca: se están sentando en el piano, están bailando la cueca en pelotas,
nos hacen el “Pato Yáñez” arriba de la
mesa, literalmente se están cagando en la diferencia
Personeros de la Derecha dicen que los parlamentarios
de la Concertación
tienen una actitud de obstruir sus proyectos de ley, Larroulet por otro lado se
jacta de haber batido el récord de aprobación de leyes, que ni en el gobierno
de Aylwin habían alcanzado esos estándares. Por otro lado, personeros de la Concertación , al
parecer por sus declaraciones, sólo esperan que se “acabe el partido”, para
jugar el otro que se viene, y que creen estar clasificados con la intocable
Bachelet. Todo mal.
Negociar es la palabra, pero
negociar qué, si ya todo está negociado. Si quieren realmente que exista
negociación, entonces negociemos el sistema electoral, el sistema que ha
distorsionado la voluntad popular. El pueblo descontento, indignado está
saliendo a las calles, se las ha tomado, y ha demostrado que es un nuevo
referente, con el que tal vez se podría negociar, siempre y cuando exista
genuinamente voluntad de establecer un nuevo pacto social.
René Dintrans
erredintrans@yahoo.es
http://blogdintrans.blogspot.com/
1 comentario:
Hola:
Entonces lo que correspondería según este análisis es una movilización transversal del pueblo en vistas a obtener la disolución del sistema electoral binominal.
Se hace cada vez más necesario aunar voluntades para canalizar la energía acumulada en sentido de transformación inteligente.
La idea de destruir "el muñeco" entiéndase "sistema binominal" me parece muy atractiva porque encierra una agudeza y sensibilidad hacia el concepto de la auténtica democracia.
Los líderes tradicionales de la política chilena han perdido credibilidad. Deben dar paso a un nuevo liderazgo y no transformarse en "vampiros políticos", listos a quitar vida a los legítimos exponentes de un nuevo orden social.
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