viernes, junio 19, 2009

Breve Historia de la humanidad

La competencia es una lucha feroz, querámoslo o no, es lo que ha hecho posible que esas formas macro moleculares conocidas por el público como ADN hayan proyectado en última instancia, una imagen muy familiar para nosotros que identificamos como especie humana. Nuestro primer acto consciente, privativo de nuestra estirpe, ha sido el tomar nota de aquella lucha sin cuartel. Realidad que no debiera escandalizar a nadie.

Simultáneamente con el reconocimiento de ese fenómeno, nace el primer sueño, que consiste en evitar la suerte que el destino nos había preparado.

Comenzamos por hablar, por transformar las cosas. Luego a fabricar los instrumentos pertinentes, a organizarnos de algún modo, a cuidar nuestra salud y auxiliarnos.

Nosotros mismos hicimos el fuego, en fin, hicimos tanta cosa.

Paralelamente otros hacían lo mismo, lo que a la larga se transformó en amenaza, que hubo que zanjar con algunos homicidios, que con el tiempo aceptamos, bajo el pretexto de no sucumbir bajo el peso de nuestra incipiente Historia.

Nuestras vidas pusimos en las manos de señores, reyes, papas y emperadores. Hicimos un pacto, a la medida de nuestras miserias.

Obviando algunos detalles, la vida transcurrió sin sobresaltos: el mismo buey, en la misma yunta que abría la tierra, los mismos hombres construyendo pirámides. Los mismos, levantando ciudades ladrillo por ladrillo, y pintando sin prisa el cielo de las basílicas.

Hoja por hoja, la sabiduría precipitó en la ciénaga de los siglos. Y así después de mucho, se conoció el fruto de la creación humana:

la máquina.

Cuya existencia no habría sido posible, sin la condición de que el mundo la necesitara. Sí o sí, así fue la cosa.

En este punto comenzaron las alteraciones al ritmo ancestral, el hombre copió de la Naturaleza las leyes que presumía regían su conducta social. Y la proclamó ley.

La mano invisible comenzó a dictar las reglas, lo que a la larga suscitó ciertas convulsiones en el orden de los elementos involucrados de esta nueva la sociedad.

Un sabio nos decía que a nosotros más que a él, nos había tocado vivir el momento crucial de la Historia. Nos indicó el momento, el punto de inflexión en que el poder humano daba por iniciada su loca carrera, haciéndose “asintótica” al eje de las Y, recuerdo que decía.

No mucho tiempo ha transcurrido, y la lucha ha alcanzado mayor fiereza. El globo terráqueo ya no es capaz de dar solución a las crecientes necesidades de consumo de infinitos bienes y servicios. Se anuncia el fin de la Historia , el monoteísmo de mercado se proclama como la única religión posible sobre otras que se derrumban cual muros repentinamente carcomidos en sus sólidas bases.

Los dados ya fueron echados, muchos piensan que estamos al borde del abismo, y la verdad sea dicha, es que llevamos unas cuantas décadas cayendo hacia el silencio.

Estas mismas palabras, no tienen más efecto, que las lágrimas que caen sobre una página en blanco.

Atte. René Dintrans

erredintrans@yahoo.es

http://blogdintrans.blogspot.com/

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