viernes, junio 26, 2009

Moral de mercado

Pongámosle que las aprehensiones “valóricas” de los honorables parlamentarios objetantes son sinceras, que sus rasgaduras de vestiduras obedecen a un convencimiento cabal de que la píldora del día después es un arma puesta a disposición de una cruel madre determinada a terminar con la vida de su hijo que se agita en el interior de su vientre; pongámosle que se trata de la vida de un futuro ciudadano que esta civilizada sociedad quisiera proteger.


Consideremos entonces que la Derecha tiene legítimo derecho a expresarle a todo el mundo que ella se mueve por razones más profundas que la preservación de sus intereses inmediatos a los cuales nos tienen acostumbrados, esos que nunca han estado en discusión, aquellos prerrequisitos infaltables en las políticas neoliberales practicadas por la Hacienda concertacionista, y sin las cuales, según ellos, Chile no sería posible.

Es así como el medicamento conocido como Postinor se ha dejado de entregar gratuitamente a la población en virtud de un recurso o demanda judicial patrocinada por la Derecha.

La “reserva moral del país”, ha actuado según ha dicho, por principios superiores, por principios morales.

En rigor, no se ha probado aún que el medicamento no sea abortivo, por la misma razón, tampoco se ha probado que este efectivamente lo sea, de modo que en la duda, hay que abstenerse de poner al alcance de los usuarios del sistema de salud pública este cuestionado fármaco. Tal es su razonamiento.

Sin embargo estos altos principios morales se derrumban a la hora de prohibir su comercialización en el mercado. Al parecer, el mismo fármaco cambia sus propiedades abortivas cuando se exhibe en los amplios mostradores de las farmacias. Ese cambio de estado se explica de acuerdo al monto del precio que se fija: si es gratis, es inmoral; si tiene precio, es una inocente mercancía que se tranza en el paraíso de los consumidores.


Esta incongruencia verbal es difícil de tragar, el mercado es un instrumento más con que cuenta el Estado, tan instrumento como lo son también los consultorios de salud.

Sin embargo, esta constatación de incongruencia nos podría llevar a juzgar de forma maniquea a los “conservadores”. Ellos serían los hipócritas, los malos, y nosotros los justos, los buenos. Nada de cierto hay en estas generalizaciones. Existen tantos tipos detestables como admirables que comparten nuestros puntos de vista, de la misma manera como lo existen entre aquellos que difieren de nuestros pensamientos.

Lo que ocurre realmente, es que lo que es bueno para unos, lo es malo para los otros, y viceversa. Ahí está el dilema. Nadie es absolutamente malo, como tampoco lo es absolutamente bueno.

Lo bueno o lo malo, está referido a los intereses que se desea preservar. Esa es la madre del cordero, la relatividad de las cosas.

Para la Derecha es bueno todo aquello que facilite el imperio del mercado como asignador de recursos. En este caso, el Estado estaría interviniendo en el precio de un producto llevándolo a cero, el reparto del postinor no es moralmente un error, es técnicamente
un error.

¿para qué entonces tanta prohibición?

¡para controlar a la población pues, así como se hace en todo lo que es susceptible de controlar!

El Estado burgués es controlador, está todo el tiempo limitando la libertad de las personas, el único espacio en que considera admisible la libertad, es aquel que te permite tus ingresos. Acuérdense de Samuelson: 1 peso, 1voto.

Es por eso que la derecha estará siempre en contra de la educación de calidad y gratuita, en contra de la salud gratuita. El Estado debe estar al servicio de sus intereses siempre, puesto que consideran que el Estado es de ellos. Y eso no es malo, es bueno, para ellos.

El Estado debe abolir el salario mínimo puesto que esa es una forma de fijación de precios, el precio del salario. El sueldo mínimo es para ellos un lastre, un disparate. El sueldo debe fijarse de acuerdo a las necesidades del mercado, es decir de acuerdo a la oferta & la demanda. Que siempre va a la baja en estos casos.

Al obispo Goic le dieron bola mientras duró el efecto que causó revuelo, él hablaba de salario ético. Eso sí que es un despropósito. Si hasta a la Mathei la hicieron callar cuando reaccionó de inmediato calificando al obispo de ignorante.

La consabida prudencia derechista cambió la estrategia, integró comisiones e hizo algunos comentarios en el aire para mejorar las condiciones del trabajador. El candidato Piñera fue más allá, prometió mejorar el mismísimo hipotético salario ético.

Sin embargo, a la hora de los quiubos, pasada la borrachera comunicacional, el mensaje de esos mismos empresarios era la de congelar el salario mínimo, que ciertamente está mucho más abajo que el ético del obispo, y muchísimo más bajo que el que prometía el candidato de la derecha. Nuevamente el mercado pudo más que la moral.

Congelar cuando hay inflación, significa bajar. Bajar los ingresos de los trabajadores, es decir, controlar a una parte importante de la población que trabaja literalmente para ellos.

Es un error criticar a la Derecha , a ella hay que contemplarla nada más, es así como se aprende. No es mala, es muy buena, puesto que sabe defender sus intereses.

Su mentado canibalismo es tongo, son imágenes de Catch para la galería. Actualmente su preocupación principal es la confección de las listas parlamentarias, saben de la importancia que significa que la Concertación no los doble en ninguna circunscripción y distrito, y ahora lo ven como posible: empate en la Cámara y empate en el Senado en virtud de su sistemita binominal milagroso. Y si ganan al presidente, tanto mejor, canasta completa.

La Derecha es buena, la Izquierda es la mala.

Atte. René Dintrans

erredintrans@yahoo.es
http://blogdintrans.blogspot.com/

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