domingo, junio 14, 2009

Un debate necesario: diferencias & coincidencias


El fenómeno Enríquez-Ominami, la promesa del bicentenario, el joven pretendiente al sillón de O’Higgins, el inventor de la política 2.0 (dos-punto-cero), la esperanza de los desesperanzados, la figura emergente en el marasmo político imperante, el hombre que será tal vez el próximo Presidente de la República de Chile, el que insistentemente quiere debatir ideas, el que quiere poner sobre la mesa las diferencias que tiene con los políticos tradicionales, el que tiene aparentemente un lado oscuro, sobre el cual es necesario iluminar, debatir. A saber: las coincidencias con esos mismos políticos tradicionales.



Resultaría de mucha utilidad para el público elector, sobre todo para el elector progresista, saber en qué coincide Marco Enríquez con los políticos viejos, en qué coincide con lo que ya se ha probado, puesto que de lo que se conoce es precisamente que podemos tener un juicio. De lo nuevo, lo novedoso, sólo podemos hacernos ilusiones.

Empecemos por el modelo económico que se ha implementado y dirigido a través de los últimos ministros de Hacienda, desde Büchi hasta Velasco.

¿se trata del dos-punto-cero del modelo ultraliberal?

La llamada flexibilidad laboral está contemplada en su próximo gobierno, así lo consigna la publicación de su programa económico, sin embargo es necesario el debate mediático, ante las cámaras de TV, enfrentado con sus contendores que no coinciden con su programa económico, con todo el mundo escuchando lo que pretende hacer o “perfeccionar” este próximo presidente.

El trabajador que recibe el sueldo mínimo es víctima de una política pública cero-punto-cero. Congelar su monto, como lo han hecho saber la semana pasada los dirigentes empresariales, es bajar de cero, es estar bajo ese límite ya indigno, que el obispo Goic se encargó de ilustrarnos para vergüenza de la clase política y de los dirigentes sindicales. Congelar significa disminuir, puesto que no se contempla la corrección monetaria de acuerdo al IPC.

Si queremos una política dos-punto-cero, los derechos de los trabajadores deben estar a ese mismo nivel, y los derechos políticos de los ciudadanos también: nivel dos-punto-cero, de otro modo es imposible llevar a cabo tal política. Si no se elimina el sistema binominal que facilita el predominio empresarial, y si no se restituyen los derechos de los trabajadores que tenían antes del golpe de Estado del 73, no podemos hablar de política de nivel superior. Se dice que Enríquez no habla nada de eso, si no que más bien, pretende derogar derechos que sobrevivieron a la dictadura y a las 2 décadas de Concertación, vale decir: indemnización por años de servicio, jornada laboral, etc.

Si la Concertación logró implementar el modelo económico neoliberal en el nivel uno-punto-cero, fue posible por la condición cero-punto-cero de los derechos de los trabajadores, que carecían de una ley o le era insuficiente para defenderse de los voraces empresarios. El progreso económico que ostenta Chile, se ha hecho en detrimento del ingreso del trabajador chileno. La desigualdad del ingreso en Chile, es una de las más altas del mundo. Las políticas de Hacienda se hicieron en contra de una clase social, la clase trabajadora.

Fue la propia presidenta Bachelet la que dijo que el costo de la crisis no lo iban a pagar los trabajadores. ¿En qué quedamos entonces?

El trabajador sigue siendo el recurso para salvar, se le expone públicamente entre la espada y la pared: si no queremos aumentar el desempleo, flexibilicemos los derechos de los trabajadores, o lo que es lo mismo bajemos aún más el ingreso de los trabajadores.

Sigamos entonces con que el pez más grande se come al más chico. La gran empresa se come a la Pyme , y la Pyme se come al obrero. El único dato que hay que tener a la vista, es que nuestra economía no es el amplio océano, es más bien un largo y angosto acuario en que los peces grandes terminarán por comerse todo.

El pueblo de Chile tiene derecho a asistir a un debate entre los candidatos, tiene derecho a saber cuales son las diferencias de los candidatos en competencia, pero también tiene derecho a saber cuales son sus coincidencias.


Si Marco Enríquez- Ominami quiere debatir, entonces que dé el ejemplo. Empecemos a debatir con Arrate, Navarro y Zaldívar, empecemos a aclararle la película al electorado progresista.

Atte. René Dintrans

erredintrans@yahoo.es

http://blogdintrans.blogspot.com/

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