martes, abril 14, 2009

Al Marco hay que tomarlo en serio

12 Abril 2009



No hay que ser clarividente ni tener un poderoso olfato político para afirmar que la candidatura de Marco Enríquez-Ominami tiene un amplio campo de desarrollo por delante. La alarma la hizo sonar Pablo Longueira, dejando ver que se abría un flanco en potenciales votantes de la Derecha, particularmente de la juventud, la cual Piñera no estaba trabajando.

En efecto, así como La Bachelet le mató el punto del "cambio" a Lavín, puesto que no existía nada más novedoso que una mujer fuera candidata a presidenta, perfectamente un joven puede repetir la historia con el abanderado de la Derecha, matando nuevamente el punto del "cambio".

No sé si en la UDI consideren que es demasiado tarde para presentar un candidato de las características de Enríquez (juventud), pero de que lo están pensando, me parece evidente.

Soy de los que leyó la elección pasada, en que la Derecha llevó 2 candidatos, como una potenciación de esa opción, cubriendo un sector más amplio, que finalmente capitalizó el invitado de piedra, sin lograr ganar la elección, pero obteniendo una votación histórica.

La consolidación del ex-presidente Frei como candidato indiscutido de la Concertación, acotó al máximo los límites hacia la Derecha, dejando a Piñera estrecho margen de movimiento.

De manera que veo en las declaraciones de Longueira un nuevo cálculo. No olvidemos que fue el joven Longueira el que hizo crecer a la UDI en las poblaciones, y que sabe bien que el actual candidato no es querido en los barrios pobres, a lo menos como querían a Lavín.

A Lavín le compraban su sonrisa permanente, la mueca o el tic de Piñera no entra.

Se despejó la duda en la Concertación, sólo falta claridad en la acorralada Izquierda extra-parlamentaria. El PC aún no ha dicho la última palabra.

Los 2 últimos presidentes han sido elegidos en 2ª vuelta con los votos de la Izquierda marginal, si embargo ese gesto nunca fue tomado en cuenta. La opción marginal ha crecido considerablemente, el mayor descontento de la Concertación se traslada hacia la Izquierda. El "cambio" es hacia la Izquierda, de manera tal, que al dirimir una 2ª vuelta, un porcentaje de 2 dígitos tiene un peso muchísimo mayor.

La Izquierda tiene la difícil unidad de su sector como el único camino para ser nuevamente un actor de la política. Los pactos por omisión me parecen una buena idea, sobre todo, porque se vota en segunda vuelta con las cartas descubiertas sobre la mesa, el resultado de las parlamentarias es anterior a la 2ª vuelta y no simultáneo como fue en las municipales.

Las leyes que nos obligan se hacen en el parlamento, no es despreciable tener representación aunque sea mínima, no veo por ningún lado que se pague un costo.

Un candidato potente que represente al sector, potenciará sin lugar a dudas los resultados de la lista marginal. Del mismo modo, ese candidato potente acumulará fuerza de la potenciada lista marginal.

Solo falta proclamarlo.

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