miércoles, abril 22, 2009

El pueblo unido jamás será vencido

jueves, 16 de abril de 2009

Al parecer la Política no es moral ni inmoral, así lo demuestran al menos los porfiados hechos. Los protagonistas de estos actos quisieran que sus negocios políticos estuvieran investidos de un aura moral o ética, pero la cruda realidad demuestra que cada decisión política está marcada por el fin que se persigue, y no por los medios para conseguirlo. Sólo que existe el detalle, que los medios han devenido en fines, o bien que los fines verdaderamente eran otros.




Esta verdad no justifica por cierto a sus mortales actores. Son los hombres de carne y hueso los que tienen que acreditar su envergadura moral, la coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Son ellos los que tienen que dar la cara y responder al pueblo que dicen representar.

La Historia reciente nos ha enseñado por ejemplo, que una Derecha chilena tradicional, democrática y burguesa, imbuida de los preceptos emanados de la revolución francesa, que defendía a rajatabla la palabra libertad y democracia, y que sin embargo, apenas explotaron los roquets lanzados desde de los hooker hunter, propiedad del Estado de Chile, hacia el corazón de nuestra querida ciudad, capital de la República; ella actuó fríamente, su coherencia eran los actos políticos por los cuales tomó partido, y no los principios políticos que decía sostener.

El partido que la representaba, a saber, el Partido Nacional, declaró impúdicamente que sus fines se habían cumplido al instaurarse la Junta Militar. Así se sumaron a esa impresentable carnicería, que por entonces tenían el desatino de mostrarla por la tele.

No menos espectacular ha sido el cambio radical de la Concertación de Partidos Por la Democracia, que siendo elegida por el pueblo, niega de inmediato sus principios, y gobierna derechamente en contra de él.

Pruebas al canto, el “perfeccionamiento” de la Constitución de Pinochet que en la primera modificación plebiscitada, sube el quórum calificado de un 60% a un 66%. De ese singular modo, la Constitución Política quedó en la práctica inmodificable, por los siglos de los siglos.

Lo que le siguió después es historia conocida. La adhesión irrestricta al neoliberalismo, los resultados que después de 2 décadas tiene al pueblo de Chile con altos niveles de pobreza, exhibiendo uno de los lugares más altos de inequidad en la distribución de la riqueza.

Jorge Arrate dice que no es ético desacreditar la competencia democrática del sistema binominal y servirse simultáneamente de él para obtener una sobre representación. Tiene razón, y en buena hora lo dice.

El Sistema binominal no es inmoral, como tampoco lo es el sistema métrico decimal, ni el sistema de eliminatorias para el mundial de fútbol en Sudáfrica. La obscenidad radica en los hombres que diciendo que es injusto para establecer una proporcionada representación popular, lo acepten y hacen usufructo de él porque les es ventajoso.

Así es como se atenta en contra del pudor de los excluidos cuyos votos se reparten los incluidos, y contra el pudor de los chilenos auténticamente democráticos que se ven burlados.

El sistema electoral contemplado en la Carta fundamental hay que enfrentarlo agotando todas las formas. El negociar con la Concertación una lista única es la máxima optimización a que podrían llegar todos los que están en contra del sistema electoral en cuestión y que desean modificarlo. Se apuesta a doblar, y en esta formula no se pierden votos. Por la misma razón, todos los que están en contra de este sistema deberían unirse para cambiarlo, porque su vigencia es la causa de su exclusión.

De manera que todos deberían estar contemplados en una lista que bien podría ser llamada: Concertación para una Asamblea Constituyente, y esta debería abarcar desde los: Por un Chile Limpio hasta el Juntos Podemos, pasando por la Concertación.

Sin embargo esto es casi imposible lograrlo, puesto que solamente se pueden llevar 2 candidatos por lista de acuerdo a la ley, ¡Y es muy difícil poner de acuerdo tantos partidos y movimientos para lograr ceder o asignar uno de esos 2 cupos!

Es por eso que no creo que pueda llevarse a cabo el pacto de lista única del Juntos Podemos con la Concertación, ni tampoco un pacto por omisión. En la puerta del horno se va a quemar el pan.

Me inclino por una lista única de todos los sectores de la Izquierda, aún cuando mantengan hasta el final a sus candidatos a la presidencia puesto que no es relevante su elección sino que el porcentaje de votos que alcancen puesto que ninguno saldrá elegido. Y creo que sería sensato invitar a constituir esta lista a los del Chile Limpio, lista que tendría como objetivo fundamental, un mecanismo eficaz para democratizar el país, terminando con el binominal y promoviendo una Asamblea Constituyente.

Si sumamos el 9% del Juntos podemos, el 7% del Chile limpio, y un 5% de los socialistas que han desertado, se suma aproximadamente un 21%. Porcentaje variable en cada circunscripción y distrito, suficiente para dar muchas sorpresas, mucho más productivas me parece, que las derivadas por un pacto por omisión.

Hoy, en unas horas más, comienza a movilizarse el pueblo, caminará por las calles para manifestar su descontento y tratará de llegar al lugar indicado para ser escuchado por quienes administran el Estado. Estado que seguramente tratará de impedirlo mediante la represión policial, puesto que se volverá a comprobar en los hechos, que es el Estado el que está por someter a los ciudadanos, no es el personal que administra el poder ejecutivo, ni siquiera lo son sus más altas envestiduras, incluida la mismísima presidenta de la República.

En estos actos legítimos el pueblo se convoca para hacerse escuchar. Son estos actos, tan válidos como los actos electorales. En ellos el pueblo puede ensayar el mecanismo óptimo para conseguir futuros resultados. En ambos casos el pueblo debe lograr la unidad.

Atte. René Dintrans A.
erredintrans@yahoo.es

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