domingo, febrero 07, 2010

Un discurso deliberadamente absurdo

El presidente Piñera habló para conseguir ser elegido, de una forma inusualmente seductora; un discurso construido sobre la base de promesas constantes y sonantes, en que se define el objeto prometido (bonos, empleos, fin a la delincuencia, etc.), se describe la forma de lograrlo o financiarlo, pero en que tácitamente se desprende de su lectura pausada, la existencia de un deliberado error.

Error o acierto que bien podría ser una burla a sus adversarios que resultan paralizados al escucharlo, desprecio o conocimiento de la capacidad de entendimiento de los electores a los cuales va dirigido su discurso, o simplemente la imposición de un modelo ganador que debía ser puesto a prueba, y que logró finalmente su objetivo.

En una nota anterior nos detuvimos a reflexionar sobre “el candado en la puerta giratoria”. Se entiende que una puerta giratoria al ser detenida mediante un candado, solo admite 2 posiciones: en primer lugar queda inexorablemente cerrada sin permitir salir, pero tampoco entrar, o bien, en segundo lugar, permanece abierta definitivamente. Estas 2 alternativas son un despropósito evidente, están en abierta contradicción con la función que se define como óptima para terminar con la delincuencia, que era el caso.

Lo que parecía una anécdota de campaña, se convirtió a poco andar, en una concurrencia sistemática: el bono de 40 lucas para el próximo mes de marzo fue el disparo lanzado al pecho de la Concertación , en especial sobre su hoy último gobierno, el de la dama acogedora.

No es pertinente hablar aquí sobre su aspecto ético ( vote por mí y pase a cobrar), lo relevante que quisiéramos indicar en esta nota, es la audacia que constituye la forma en que está expresada su peculiar promesa.

El arquetipo del discurso del demagogo criollo era: “en mi futuro gobierno, yo daré tal o cual beneficio a la población, …”. Es decir, se prometía primero sobre la base de una condición, la de ser elegido, y segundo, el beneficio prometido, sería el mérito de la administración que el elector debía asegurar con su voto.

En este caso, el candidato Piñera no habla en condicional, habla imperativamente: “entregaré tal bono”. Además le pone fecha, es en el mes de marzo; y todos sabemos que la transmisión del mando será el día 11 de marzo, de tal forma que ahora que se cumplió la condición de ser elegido, el prometedor tiene nada más que 19 días para generar los recursos que financiarán el mentado bono.

En pocas palabras, promete regalar dinero acopiado por su antecesora. Su mérito real, es debutar metiendo la mano en la caja repleta de dinero que deja la administración anterior, para repartirla en un número incierto de beneficiarios. Incierto al menos en cuanto a su difusión, ya que muy pocos conocen a quienes les correspondería recibirlo.

He aquí el error o acierto, la burla o el desprecio, o su frío y descarado pragmatismo

“En mi gobierno, crearé un millón de empleos……, y lo financiaré con la tasa de crecimiento que será del 6% anual, que hará posible la creación de 200 mil empleos anuales”

Es el profesor de macroeconomía el que habla, pero bien podría ser un astrólogo, un adivino para los comienzos de año, o bien un profeta carismático. Lo concreto es que la condición común a ellos, es que se crezca a una tasa del 6% anual, sin ese fabuloso crecimiento no hay el millón de empleos, así de simple.

Demás está decir, puesto que el lector ya habrá advertido el “error”, que al sumar los 200 mil puestos de trabajo anuales de los 4 años que tiene el presidente electo por delante, se obtiene 800 mil, y no un millón.

De todas formas 800.000 puestos de trabajo sobrepasa con creces la demanda de trabajo, y la proyección de los que buscarán trabajo por primera vez en los próximos 4 años. Vale decir habrá una sobre oferta de trabajo.

Hasta aquí llegamos nomás, realmente es difícil por una cuestión de pudor seguir con el argumento, sobre todo porque quién lo esgrime es un impulsor fundamentalista del libre mercado, y específicamente es en el campo laboral en que pretenden nivelar para abajo haciendo desaparecer el obstáculo que consideran el salario mínimo. Para ellos salario mínimo, salario ético, salario digno, no son categorías de la ciencia económica, todas ellas tratan de una inadmisible fijación del precio de la mercancía llamada fuerza de trabajo.

El presidente Piñera logró convencer con su discurso a 346.406 electores, esa es la cantidad de votos en que aumentó respecto a su votación el año 2005. El ex presidente Frei decepcionó a 363.218 electores de la Concertación , esa es la diferencia con la votación obtenida por la presidenta Bachelet.

Ambos hechos reflejan las causas de los resultados.

Atte. René Dintrans
erredintrans@yahoo.es
http://blogdintrans.blogspot.com/

No hay comentarios: